Los campos excavados en la montaña de Umbe (Eibar), fue el escenario elegido para celebrar la final de la liga Guipuzcoana de Rugby en categoría Sub-14. No se podía haber elegido una mejor ubicación, porque se trató de un partido rocoso, con intensidad, con buenas jugadas y más tensión. 

Los jugadores y jugadoras de Hernani-Atlético San Sebastián, se alzaron con la victoria, pero nuestros chicos y chicas no le perdieron la cara al partido. Lo dieron todo, a pesar de tener un inicio complicado, donde se notaron los nervios de su primera final. Comenzamos 15-0 y no fue hasta la segunda mitad, cuando acortamos distancias para ponernos 15-10, aunque al final el resultado sería 20-15. No se pudo ver nuestro juego, al que estamos habituados. 

Pero no me gustaría hacer hincapié en el resultado, importante sin duda alguna. Sino en lo que vivimos durante toda la jornada. La de padres y madres que nos acercamos a animar a nuestros hijos e hijas, de manera incondicional. Lo que nos dolió perder, por verlos tristes. Pero lo que nos alegró, ver su comportamiento en la derrota. Sus sinceros aplausos al campeón inundaron Umbe. El merecido reconocimiento de que en este partido habían sido mejores.

Pero me quedo con una imagen, la del orgullo de lucir su medalla de plata. Algunos me confiesan, que se ducharon con ella y seguro que hoy guarda un sitio importante en sus habitaciones. Ninguno se la quitó, imagen que estamos hartos de ver en deportistas profesionales. La medalla de plata se gana, significa todo el año de sacrificio, de entrenamientos, de lesiones y de madrugones. Así que a mí no me queda más que decir que: muchas gracias por no quitaros la medalla.

Para nosotros, éste es nuestro mundial y vosotros los campeones, en unos valores que hacen grande a este deporte.