Nos recibía Gamarra al Sub-14 A de Vithas Gaztedi, con una fina capa de hielo blanco, que hacía presagiar que el tiempo no nos iba a dar tregua. Toda la mañana el cielo azul y las manos rojas de nuestros jugadores, pero el corazón ardiendo por volver a disfrutar de su pasión.

Y es que por fin volaba el oval sobre el césped de Gamarra, con más de 20 días de retraso, debido a esta maldita pandemia que cada dos por tres nos roba un pedazo de vida.

Pudieron nuestros chicos y chicas, el sábado dormirse con esa cosa especial de que “mañana hay partido”. No defraudaron a los muchos padres, madres y demás familia que nos acercamos a las instalaciones de Gamarra. Equipo ordenado, serio y trabajador. Ni que decir tiene que sobrado de motivación. Se les veía en los ojos las ganas de jugar.

Nuestros compañeros de Zarautz Beltzak tampoco escatimaron en esfuerzos, cosa que se agradece, después de un viaje accidentado debido a problemas mecánicos con el autobús.

Durante casi una hora los jugadores y jugadoras, disfrutaron de su deporte, placaron, pasaron y se esforzaron. No se puede pedir más.

No quería terminar esta crónica, sin hablar del árbitro. No hay crónica deportiva que se precie que no hable de él y yo no quería ser menos. Pero, como nosotros somos diferentes, lo hago para alabar el trabajo de D. Pedro Montoya que estuvo tutorizando a Telmo Ibabe, un Sub-16 compañero de nuestros Sub-14 en los años pares, hay futuro.